Roma, Italia

El presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, declaró este miércoles ante la Fiscalía de Roma en el marco de la investigación por un posible delito de fraude contable relacionado con el traspaso del nigeriano Victor Osimhen, al que fichó procedente del Lille francés en el verano de 2020.

El productor de cine estuvo más de una hora reunido con los fiscales y abandonó las instalaciones sin dejar declaraciones a los medios de comunicación, aunque el Nápoles puntualizó en un comunicado oficial que fue el propio mandatario el que pidió el encuentro con las autoridades.

«Aurelio De Laurentiis solicitó y obtuvo ser escuchado por la Fiscalía de Roma en el marco de las investigaciones en curso por la venta del futbolista Victor Osimhen», informó el club en su cuenta oficial de ‘X’.

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Por ahora, no ha trascendido información sobre la comparecencia judicial de De Laurentiis, investigado tanto por la justicia ordinaria como por la deportiva, aunque no ha recibido ninguna acusación por parte de las autoridades.

La investigación sobre el mandatario italiano comenzó en junio de 2023, cuando por orden del la Fiscalía napolitana la ‘Guardia di Finanza’ (policía de asuntos fiscales), organismo dependiente del Ministerio de Economía italiano, realizó registros en las oficinas de Nápoles en busca de documentos relacionados con la compraventa del ariete Victor Osimhen por una cifra cercana a los 76 millones de euros en verano de 2020.

De esos 76 millones de euros, el Nápoles solo pagó 56 e incluyó en la operación a cuatro jugadores, tres de ellos canteranos, que fueron traspasados por 20 millones de euros desde el conjunto italiano al francés en el mismo mercado de fichajes.

Es precisamente esta parte de la operación la que está bajo sospecha por presuntas plusvalías ficticias, un método que consiste en inflar el valor del mercado de los futbolistas para generar mayores ingresos o reducir las pérdidas.

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Fueron Orestis Karnezis, Claudio Manzi, Ciro Palmieri y Luigi Liguori (los tres últimos del segundo equipo), por los que el Lille pagó en total al Nápoles una cifra cercana a los 20 millones de euros y nunca llegaron a jugar en el Lille.

Además del directivo, su esposa Jacqueline Baudit, su hijo Edoardo y su hija Valentina también han sido inscritos en el registro de sospechosos de la Fiscalía, junto al resto del Consejo de Administración del club italiano.

El traslado en agosto pasado de Nápoles a Roma de la investigación sobre las supuestas plusvalías ficticias en torno a la compra de Osimhen se debe a que fue en la capital italiana donde se aprobó el presupuesto para la operación. (Con información de EFE).