Nadie volverá a ver a los Cubs como el simpático equipo del viejo estadio en Chicago, el del osito en la casaca y la eterna historia de debacles que alimentaron una sequía de campeonato de 108 años, realmente sin comparación en los deportes. Los Cachorros son los campeones del béisbol por primera vez desde 1908. Se coronaron por el camino más largo y tortuoso: viniendo de una desventaja de tres juegos a uno contra Cleveland y reponiéndose luego de desperdiciar una ventaja de tres carreras ya con dos outs en la octava entrada del Juego 7. Un doblete del siempre confiable Ben Zobrist impulsó la carrera que rompió un empate de 6-6 en la parte alta del décimo inning y el venezolano Miguel Montero, uno de los olvidados del equipo, siguió con otro hit productor para el 8-7 histórico.