Algo que nunca se había visto. Aritz Aduriz tuvo su despedida como futbolista en un San Mamés sin aficionados y no pudo recibir ni un abrazo de sus compañeros

Madrid, España

Aritz Aduriz, en el acto de su despedida como jugador profesional sobre el mismo césped de San Mamés, ha dicho que no necesita «un sitio» en la gabarra si el Athletic le gana a la Real Sociedad la final de la Copa de esta temporada y que «solo» necesita «que la saquen» sus compañeros.

«No necesito un hueco en la gabarra, solo necesito que la saquen» para celebrar el título, dijo para subrayar que «el lugar no es lo importante» para él, que «a partir de ahora» lo que será es «un aficionado más» de lo que él calificó en su día como «una cuadrilla». «Una cuadrilla que está compitiendo contra el resto del mundo», algo que, a su juicio, hace del Athletic un club «especial».

Pasará por el quirófano

Aduriz, además, se ha mostrado seguro de que, en su estado no hubiese «podido estar físicamente» en esa final de Copa -aplazada a la próxima temporada para que se pueda jugar con público en las gradas- ni aunque se hubiese jugado antes el 30 de junio porque su cuerpo «ha llegado al límite» y ya no da más de sí.

«Esa pelea entre el cuerpo y la cabeza la llevaba durante bastante tiempo y más o menos podía soportarla, pero después de este confinamiento y tanto tiempo en casa ha sido totalmente definitivo. La cadera ha desequilibrado esa pelea y no había nada que hacer», ha confesado.

Aduriz ha adelantado que tiene previsto pasar por el quirófano el día 30, sábado, y «estar lo antes posible en Lezama» para iniciar la recuperación y «poder acompañar al equipo y estar lo más cerca posible» de sus compañeros «hasta el final de la temporada».

El mejor gol y los mejores partidos

Cuestionado sobre los mejores momentos de su carrera, Aduriz del Athletic eligió su último gol, el pasado 16 agosto al FC Barcelona en San Mamés, que marcó el punto desde el que ofreció la rueda de prensa de despedida, como el más significativo.

«Quizás porque es el más reciente, por el momento en el que fue y porque mis hijas están creciendo y eran más conscientes de ver a su aita aquí. Probablemente haya sido el momento mas especial porque les veía celebrar el gol y eso es bonito», confesó.

De sus 407 partidos con la camiseta rojiblanca eligió los dos en los que el Athletic conquistó la Supercopa de 2015.