Eran llevados bajo engaño por una organización que les prometía un contrato con un club. Cuando llegaban les quitaban los pasaportes. Además de ser explotados sexualmente se veían obligados a mendigar para poder comer

Madrid, España

Un caso ha causado horror y escándalo internacional en el ámbito del fútbol tras conocerse que la Guardia Civil, liberó a siete futbolistas sudamericanos que eran explotados sexualmente en Prado del Rey, Cádiz, España, la mayoría de ellos bajo la promesa de ser fichados por un club de fútbol, y que estaban siendo explotados sexualmente.

La organización desarticulada en la operación «Promises» enviaba captores a diferentes países de nuestra región con el objetivo de reclutar jóvenes en buena forma física. Una vez contactados les prometían que cuando llegaran a España obtendrían contratos en clubes de fútbol.

Las víctimas incluso debían pagar el viaje a España, y según pudo investigar el periódico ABC, las familias de los siete jóvenes llegaron a pagar importantes intereses a prestamistas con tal de sacar el pasaje.

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Una vez arribados a España, la organización los pasaba a buscar por el aeropuerto y los trasladaba hasta la ciudad de Cádiz, donde les retenían los pasaportes, les quitaban el dinero que llevaban y eran obligados a prostituirse.

Los jóvenes fueron encontrados en condiciones infrahumanas, y además de ser explotados sexualmente se veían obligados a mendigar para poder comer.

Ante esta situación, la alternativa que la organización les ofrecía era participar en un chat de contactos homosexuales, que era gestionado y controlado por el líder de la organización.

Los encuentros sexuales se producían en distintas localidades de la provincia de Cádiz, a las que el tratante llevaba a la víctima, permaneciendo en las inmediaciones hasta que el encuentro terminaba.

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El caso trae a la memoria la red de prostitución de menores descubierta en 2018 en la pensión de Independiente, que a cambio de dinero los ofrecía a adultos en distintos departamentos del área metropolitana.

La fiscal María Soledad Garibaldi dijo entonces que a los chicos «los tentaban hasta con un par de botines o con canzoncillos tipo boxer».

El abuso y la prostitución de menores de las divisiones menores en el club de Avellaneda comenzó a ser investigada por una denuncia realizada por la propia institución, cuando uno de los chicos contó lo que había sucedido.

La Justicia investigó y detuvo a seis personas, entre ellas el exjuez de línea Martín Bustos, quienes luego fueron excarcelados cuando la Sala I de Lomas de Zamora cambió la carátula de «abuso sexual de menores» a «promoción a la corrupción de menores».