Madrid, España

El Real Madrid, que no pudo celebrar hace dos campañas la consecución de LaLiga 2019-20 a causa de la covid-19, se reencontró con la diosa Cibeles para celebrar por fin junto a su afición, esta vez su título 35, donde se incluyó como gesto solidario, en un marco completamente pintado de blanco, la bandera de Ucrania, en apoyo al país invadido de su jugador Andriy Lunin.

El Real Madrid necesitaba un punto para volver a ser campeón y lo logró sobrado, con goleada al Espanyol. El clima fue muy adecuado para el festejo junto a la afición, mesurado ya que el miércoles tienen una cita importantísima ante el Manchester City.

Este mismo domingo el Real Madrid volverá a los entrenamientos para comenzar a preparar la visita del City, que llegará al Bernabéu con un 4-3 logrado en el Etihad.

En el Bernabéu se festejó por todo lo alto el trigésimo quinto título de liga, con la afición y con las familias. Pero también había ganas de volver a Cibeles, donde no se iba desde hace cuatro años a causa de la pandemia. Lejos de abortar el traslado ante la diosa, como anunció Ancelotti, era necesario celebrar para incrementar la comunión con la afición y la moral y confianza ante el reto de la Champions ante el poderoso conjunto de Pep Guardiola.

El autobús partió desde el coliseo blanco con el lema de ‘Campeones’, siempre rodeado por un gentío espectacular, cada vez más numeroso según el vehículo bajó por el Paseo de la Castellana hacia la plaza de Cibeles, donde los seguidores se comenzaron a apostar nada más concluir el choque contra el Espanyol.

El trayecto, que habitualmente es corto, duró casi una hora. Presidía en lo alto del autobús descapotable el trofeo que Luis Rubiales, presidente de la RFEF, entregó al brasileño Marcelo y al francés Karim Benzema, los capitanes, en el palco del Bernabéu. La copa estaba perfectamente sujeta por unas cintas a una plataforma para que no hubiera peligro de caída, como le ocurrió a Sergio Ramos con la Copa del Rey hace unos años.

Los jugadores festejaron en lo alto del autobús junto a los seguidores que bordeaban el trayecto y los que le acompañaban caminando, pero el delirio se produjo cuando llegó a la plaza de Cibeles, donde esperaban varias decenas de miles de hinchas enfervorizados.

SÍ SE PUEDE

A los habituales cánticos de la afición madridista, coreados e impulsados también por los futbolistas y el propio Ancelotti, se le unió el “sí se puede” en referencia al partido de vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones.

Marcelo tuvo el honor en esta oportunidad de ser el encargado de engalanar a La Cibeles con una bandera y una bufanda del club, cometido que, como recordó el propio lateral brasileño, jugador con más títulos en la historia del Real Madrid, le introdujo Sergio Ramos, ahora en el PSG y que fue de los primeros que felicitó a su ex equipo.

“Esto es para ellos. Hemos ganado la Liga hace dos años y no pudimos celebrarlo con ellos”, indicó Marcelo a Real Madrid TV tras colocar la bufanda a la diosa Cibeles para festejar el título.

Veteranos, un nutrido grupo ya habituados a acudir a estas celebraciones, y novatos en estas lides, como David Alaba, Rodrygo, Militao, Camavinga o Vinicius, entre otros lo gozaron al máximo, además del gesto a favor de Ucrania y su jugador Andriy Lunin.