Londres, Inglaterra

El Arsenal «siente pasos en la azotea» con el empate este domingo 2-2 ante el West Ham United en partido correspondiente a la jornada 31 de la Premier League de Inglaterra.

Dos empates seguidos y de nuevo tras tener dos goles de ventaja y con el extra de que Bukayo Saka fallló un penalti, dejan en el aire el dominio en la Premier de los Gunners de cara ala recta final.

El conjunto de Mikel Arteta, dominador sólido en gran parte del curso, ha perdido cuatro puntos de ventaja respecto al Manchester City, que, con un partido menos y un enfrentamiento directo pendiente, está ahora a cuatro puntos en la clasificación.

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No pudo con el Liverpool el pasado fin de semana a pesar de tener también un 2-0 a favor y tampoco este domingo, en el derbi londinense, con un West Ham que puja cada semana por la salvación.

Tropezó dos veces en la misma piedra el Arsenal, que inició el compromiso como un tiro pero después decayó. A los diez minutos estaba con dos tantos de ventaja. En el 7, Gabriel Jesús, a puerta vacía, llevó a la red un pase desde la derecha de Ben White. Y tres más tarde anotó el segundo el noruego Martin Odegaard tras recibir un balón de Gabriel Martinelli.

Reaccionó el equipo de David Moyes, que se vio a solo tres puntos de distancia del descenso. Le metió en el partido claramente un penalti que cometió Gabriel. No falló Said Benrahma, que acortó distancias.

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Todo se volvió en contra del Arsenal a la vuelta de vestuarios. Todo le salió mal al conjunto de Arteta, que pudo respirar en el minuto 51 cuando una mano de Michail Antonio fue penalti. Lo ejecutó Bukayo Saka, pero falló.

Y pronto llegó el empate en un balón largo, aéreo, impreciso al área que Jarrod Bowen, sin marca alguna, empalmó hacia la portería visitante. La pelota botó delante de Aaron Ramsdale y entró a la red para frustración de los Gunners.

Se lanzó a la desesperada el líder para recuperar la renta, el dominio en el partido. Fue sin orden. Los cambios de Arteta no funcionaron. El castigo pudo ser mayor para los visitantes porque Michail Antonio estrelló en el larguero un cabezazo a ocho minutos del final.