Marsella, Francia

El italiano Gennaro Gattuso será el entrenador del Olympique de Marsella en lo que resta de temporada tras la dimisión la semana pasada del español Marcelino García Toral, indicó este miércoles el club.

El campeón del mundo de 2006 firmó una temporada suplementaria en opción y dirigirá ya al equipo el próximo sábado en Mónaco. De hecho, tiene previsto ya acudir a la sesión de entrenamiento del equipo.

Será la novena experiencia en un banquillo del carismático futbolista, dos veces campeón de Europa con el Milan, desde que dejara el fútbol por problemas físicos y en 2013 empezara una carrera de entrenador en Suiza, antes de pasar por Italia y España.

Vea además: Novak Djokovic celebró al estilo Cristiano Ronaldo jugando golf (VIDEO)

Allí dejó sus últimas instrucciones en un banquillo, el del Valencia, un punto que le iguala con Marcelino, que también había pasado por ese mismo club antes de recalar en el Marsella.

Como entonces en el Valencia, Gattuso llega a un club convulso, en plena marea por el enfrentamiento de la presidencia, que ocupa el español Pablo Longoria en nombre del propietario, el multimillonario estadounidense Frank McCourt, y los grupos de aficionados.

Un choque que provocó la dimisión de Marcelino y que ha acelerado la trituradora de técnicos que es el Olympique, siete en los últimos tres años, sin que ninguno haya llegado a instalarse de forma duradera desde el francés Rudi García entre 2016 y 2019.

Le interesa también: FIFA trasladará parte de sus actividades administrativas desde Zúrich a Miami

En busca de una solución rápida, Longoria había llamado a otras puertas, como la de Christophe Galtier, ex del PSG, el eterno rival, pero marsellés de nacimiento y de corazón, aunque no quiso tomar de forma tan precipitada las riendas del club.

También sonaron los nombres del español Julen Lopetegui, del neerlandés Ruud Van Nistelrooy o del italiano Roberto Donadoni, pero finalmente el elegido ha sido Gattuso, pese a que sus resultados en los banquillos han sido irregulares, cuando no se han terminado con sonoros fracasos.