El futbolista vio cómo asaltaban a tres muchachas y aprendió a no exponerse para evitar ser víctima de la delincuencia

Costa Rica

Roy Smith, el espigado defensor que fue uno de los capitanes de la Selección Nacional Juvenil que logró el cuarto lugar del Mundial de Egipto 2009, vive en El Progreso, pueblo hondureño que está a 30 minutos de la temida San Pedro Sula.

El costarricense, que juega desde el segundo semestre del 2016 en el Honduras Progreso, pasa gran parte de su tiempo en la capital industrial hondureña, debido a que ahí encuentra centros comerciales y lugares para comer. Sin embargo, prefiere ni pensar en la inseguridad a la que se podría enfrentar.

Según la ONG mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, San Pedro Sula ocupa el lugar 26 entre las ciudades más peligrosas del planeta, con una tasa de homicidios de 51 por cada 100.000 habitantes.

Incluso así, Roy cuenta que cuando tomó la decisión de llegar al fútbol catracho ni pensó en eso; por el contrario, siempre se mostró anuente a aceptar el reto que Dios le puso, según sus palabras.

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«La verdad es que pregunté poco, porque entre menos usted conoce más tranquilo vive. Para pasar menos temor y no estar viendo si hay maras o delincuentes, ni me interesa averiguar. Mientras uno no se meta con nadie, pues creo que puede vivir tranquilo», comentó.

Roy Smith (de pie a la derecha) es uno de los capitanes del Honduras Progreso.

Él no le dio mente a su futuro; no obstante, su abuelita, Ruth Parks; y su mamá, Sandra Lewis; sí sentían temor, debido al peligro al que se expone el futbolista.

De hecho, un día la abuelita se sentó con Smith y le hizo una oferta para evitar que jugara en ese país centroamericano.

«Mi abuela fue la que más se preocupó, hasta me dijo que haría lo que fuera para que yo no me viniera, ella me iba a pagar mis estudios (bachillerato de secundaria) para que yo pudiera retomarlos y poder estar en un equipo de Costa Rica, pero yo le dije que no podía aceptar la oferta porque quería quemar el último cartucho y demostrarme que puedo rendir», recordó.

Con la decisión tomada, los primeros días en el vecino país se convirtieron en un completo aprendizaje.

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El nacional comprendió que la clave para evitar inconvenientes está en evitar la exposición; así, por ejemplo, su celular siempre está guardado cuando camina por la calle.

«Cuando recién llegué sí veía inseguridad en el tema de la delincuencia. Me tocó ver cómo asaltaban a tres muchachas… Unos tipos en bicicleta las apuntaron y pidieron los bolsos. «Pero después de eso no he visto más, yo tampoco me expongo mucho», dijo.

Otras de las enseñanzas que aplica el jugador es nunca salir solo, siempre andar perfil bajo y no meterse con nadie.

Así, cuando Roy va al supermercado, se acostumbró a ver cómo otros ciudadanos se cuelan en la fila, pero él prefiere solamente sonreír y esperar a que toque su turno de pagar.

«Hay sectores donde se manejan las maras, se les llaman territorios… Hay que tener cuidado, pero también uno es consciente que no puede jugar de vivo en un país ajeno; hay que ser humilde. Lo mejor es no exponerse en ningún lugar», profundizó.

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Al exfutbolista de equipos como el Santos de Guápiles, Brujas de Escazú, The Strongest en Bolivia, entre otros, también le ha tocado lidiar con la contaminación que viven en Honduras.

«Una cosa que sí me impactó es que yo iba por la acera y de repente una botella casi me pega… Lo primero que pensé era que me estaban agrediendo, pero después noté que aquí alguna gente cuando termina de comer tira los envases a la calle sin importar nada… Sin importar que esté frente a una casa o dónde sea», describió.

El deportista de 27 años señaló que aunque él no maneja, sí es consciente que hay que tener mucho cuidado en las carreteras catrachas debido a la forma como conducen.

El desorden e irrespeto a las señales de tránsito se nota en cada esquina, por lo que andar con cuidado y atento es esencial para evitar un accidente.

«Aquí el peatón no vale, la señalización del alto es como un siga para ellos, el semáforo sí se respeta un poco más, pero las señales no… Con los cedas es igual, nadie los respeta».

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Afrontar estos retos de vida y jugar en un torneo más físico y fuerte, hacen que el zaguero se sienta más completo como deportista.

«Desde que vine acá, cambió mi forma de pensar y de actuar. Cuando uno está al borde de una situación difícil y empieza a reflexionar se adentra más en lo que hay que hacer por salir de donde está, para entender que los mensajes son de Dios», explicó.

El legionario es claro en que necesitaba vivir una experiencia así para reanimar su carrera deportiva, debido a que sentía que se estaba perdiendo. La inconsistencia en sus últimos pasos en equipos ticos lo tenía desanimado.

El exseleccionado menor no descartaba un retiro tempranero si no recuperaba la alegría por jugar.

«Si no pasaba lo que está pasando ahorita, sentía que la carrera tenía que acabar, porque yo necesitaba estabilidad, quería regularidad», se sinceró.

Roy tiene dos temporadas completas siendo muy constante en el Honduras Progreso y en la campaña 2016-2017 completo 3.197 minutos jugados, mientras que en la actual tiene 2.687. Smith terminará contrato al finalizar el actual torneo.

Así es la vida del exmundialista de Egipto 2009 que vive a las puertas de la peligrosa San Pedro Sula. (Tomado de La Nación).