Mientras el público y el plantel de Juventus se ilusionan con conquistar la triple corona (Copa -ya ganada-, Liga y Champions), su presidente Andrea Agnelli, trata de defender a la institución del último escándalo en el que quedó involucrada: una denuncia sobre posibles contactos entre fanáticos del cuadro turinés y la mafia calabresa. Por eso, el directivo compareció hoy ante la comisión antimafia del Parlamento italiano.

Según medios italianos, el presidente está siendo investigado por la Fiscalía de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) por haber negociado la entrega de entradas a grupos ligados a la mafia a cambio de que no realicen incidentes ni determinados cánticos en el estadio de la Juventus. Agnelli, sin embargo, rechaza las acusaciones, considera «inaceptable» el camino que tomó la investigación de la FIGC y habló de «prejuicios» hacia la Juve.

«¿Existe el mercado negro de las entradas? Ciertamente sí, y debe ser combatido», citó un medio local a Agnelli. «Tenemos que encontrar soluciones para el futuro. He tomado nota de que hubo irregularidades y que estas deben ser aclaradas», afirmó el dirigente.