Después de una lesión, Víctor Valdés jugó 30 partidos en tres años. Reflexiona lo vivido en ese tiempo

España.

El portero español Víctor Valdés reflexiona tras una lesión en su rodilla que lo obligó a retirarse del fútbol. El exguardameta que ganó todo con el FC Barcelona da una lección de vida.

Vadés se retiró del fútbol a los 34 años tras haber ganado todos los títulos posibles. Atrás quedan 15 años en la élite y casi 600 partidos repartidos entre Barcelona, Manchester United, Standard de Lieja y Middlesbrough.

Pese a que tenía propuestas para seguir jugando, decidió cerrar su etapa futbolística y poner un nuevo rumbo a su vida. Ha montado una productora de televisión, Crazy4fun, con dos socios. Además, tendrá un programa en el que entrevistará a ex compañeros de profesión.

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Triste final para uno de los mejores guardametas que no ha tenido el reconocimiento que se merece. Detrás de la fama, dinero, éxitos, hasta incluso comodidad, el fútbol esconde una cruda realidad. Así lo manifestó el propio Víctor en una emotiva reflexión.

«Voy a dejar de lado a la gente que te deja solo, voy a dejar de lado que el mundo del fútbol te hace sentir un lisiado… pero voy a explicar una enseñanza que, gracias a Dios, viví: la lesión me hizo volver a sentir lo que es la vida no siendo futbolista. Me fui a Alemania a recuperarme, era difícil, pero yo lo iba a conseguir sí o sí y pasara lo que pasara».

Agregó: «Los futbolistas vivimos una vida irreal. Afortunadamente, volví a la vida real, a pagar un café, a tocar monedas… y esa cura de humildad me ha servido ahora que he vuelto a la actividad como futbolista profesional. Yo vengo de tres meses en Augsburg, de comprar mi billete de tranvía, de ir con muletas, de estar solo. «Eso no me lo quitará nadie».

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«Yo nunca más seré una súper-estrella, porque yo he estado ahí, lesionado de gravedad. Y ya he dicho que el fútbol te aparta. «Te has lesionado la rodilla… que pase otro», «tú ya no vales». Pero tú vas a valer, si quieres. Y es tu fuerza de voluntad la que te tiene que hacer llegar. Y esa es la mayor enseñanza».

«No me gusta la fama, cuando se apague la luz, yo estaré con los niños, enseñándoles qué pasa cuando se enciende y deseando que se les encienda. Pero para mí ya no, y espero que cuando se acabe no me encuentren».