Los parisinos se han clasificado a su primera final de Champions League en la historia

Lisboa, Portugal

Sin mayores contratiempos y demostrando su superioridad de principio a fin, el París Saint-Germain goleó 3-0 al Leipzig y se convirtió en el primer invitado a la gran final de la UEFA Champions League 2020 a disputarse en Lisboa. Los goles fueron de Marquinhos, Ángel Di María y Juan Bernat.

Todo salió a la perfección para el PSG. Su pasaje a la final llegó de la mano de un partido perfecto, de una actuación sin fisuras para despachar a un equipo alemán que asomaba como un rival bravo y motivado. Lo borró de la cancha.

Con un Di María decisivo, con el brillo de Neymar y una actuación colectiva redonda, el equipo francés se clasifica a su primera final de Champions League en su historia. Ahora los dirigidos por Thomas Tuchel esperan a su rival que saldrá del encuentro entre Bayern Múnich y Olympique de Lyon este miércoles.

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Desde el inicio quedó claro qué repertorio iba a usar cada uno. El Leipzig ya lo había mostrado ante el Atlético de Madrid y en toda la competencia: es un equipo prolijo, que se mueve en bloque, con mucha fortaleza defensiva sintetizada en su zaguero ​Dayot Upamecano.

Esta vez el equipo de Julian Nagelsmann salió con línea de cuatro en el fondo, pero su versatilidad y la costumbre a actuar con tres atrás, hacen que el equipo se acomode rápido mientras avanza con la pelota. Y con sus armas manejó las riendas en el arranque.

Enfrente, el PSG era su cara opuesta: todo vértigo. Todo rápido, precisión a un toque. Quedó reflejado en el primer avance, con un toque filtrado de Mbappé para Neymar y el toque sutil del brasileño que besó el poste izquierdo del arquero Peter Gulacsi.

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Y en el segundo ataque gritó el 1-0: centro perfecto de Angel Di María con rosca hacia afuera y cabezazo exacto de Marquinhos en el corazón del área.

Con la ventaja PSG empezó a construir su superioridad. Ahí empezaron a pesar los volantes, con movilidad y manejo de la mano del argentino Leandro Paredes, de gran partido, y del español Ander Herrera. Así el equipo de Thomas Tuchel no dependió tanto de sus individualidades y construyó su mejor tramo de fútbol en Lisboa.

El 2-0 fue premio a esa presión en la salida del rival que obligó a un pase exigido de Gulacsi. Ya estaba apurando Paredes, que ganó y enseguida focalizó a Neymar. El brasileño desvió la pelota con un taco exquisito para el ingreso de Di María. Y el argentino definió en el punto del penal. Todo lo bueno de PSG sintetizado en una acción: ambición colectiva, jerarquía individual.

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Para el complemento sucedió lo esperado: el Leipzig salió a quemar las naves, sumó peso ofensivo con el ingreso de Patrik Schick, empujó al PSG y lo acorraló contra su área.

Y cuando peor la pasaba el equipo francés llegó el gol que liquidó cualquier intento de remontada. De la mano de Di María, una de las grandes figuras de un equipo sin fisuras. El argentino profundizó para Juan Bernat, que no pudo definir en primera instancia pero que después tras otro centro desde la izquierda corrigió de cabeza y marcó el 3-0 definitivo.