El italiano, de 44 años, fue elegido por su juventud y sus condiciones para conducir la definición entre París Saint Germain y Bayern Múnich

Lisboa, Portugal

París Saint Germain y Bayern Múnich disputarán la final de la Champions League en Lisboa. Y la Comisión de Árbitros de la UEFA designó al italiano Daniele Orsato, de 44 años, nacido en Vicenza, árbitro desde 2010, lo acompañarán sus compatriotas Lorenzo Manganelli y Alessandro Giallatini, mientras que el cuarto árbitro será el rumano Ovidiu Hategan.

Siendo esta la primera experiencia de Orsato en finales europeas como árbitro principal, en sus credenciales cuenta con una presencia en una cita definitiva como asistente: la temporada pasada fue el cuarto árbitro en la final de la Europa League que el Chelsea le ganó 4-1 al Arsenal.

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En este año ha intervenido en ocho partidos de la Champions League, incluido el Real Madrid-Manchester City de ida de octavos de final en el mes de febrero. Ante la falta de roce en esta instancia, muy probablemente fue su edad lo que ha privilegiado la UEFA para elegirlo.

Como hecho destacable, el juez cumple un papel preponderante como referente en la lucha contra el racismo dentro y fuera del campo de juego. En la Serie A de Italia, por caso, ha detenido encuentros ante insultos xenófobos e incluso en un Atalanta-Fiorentina pidió que se leyera un comunicado en consonancia con su militancia por los altoparlantes del estadio.

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Se trata de un típico árbitro latino, elegante, sobrio, con un andar pragmático y no muy amante de las tarjetas, proclive a darle una continuidad al juego y con una fina tendencia a volcar muchas de su decisiones en la tecnología. No sería extraño que el VAR, ante su postura, asuma protagonismo si hay jugadas complejas en las áreas y ante dos conjuntos generosos en ataque y con el espectáculo; cada uno a su manera. Los asistentes también tendrán estar atentos, sobre todo ante una defensa del PSG que estratégicamente propone provocar el fuera de juego.

¿La solución para que logre una buena tarea? Preparar al equipo arbitral, asumir una lectura antes y durante el partido, en el duelo en el que todos los ojos del mundo del fútbol estarán puestos.