El entrenador del Flamengo disputará la final, el sábado 27 de noviembre, ante el Palmeiras

Brasil

Amante de la playa, irreverente y bañado en récords, Renato Gaúcho podría ser la postal del fútbol brasileño. Ahora al mando del Flamengo, el entrenador apunta a su tercer título de Copa Libertadores.

Desde que en julio firmó con los rojinegros en reemplazo del mítico Rogerio Ceni, Renato Portaluppi -su nombre oficial- suele ir a broncearse a la playa de Ipanema, un barrio acomodado en Rio de Janeiro.

Sin camisa y con lentes de sol, el técnico de 59 años se exhibe a las orillas del Atlántico. Allí lo captan «paparazzis» o «torcedores» del bicampeón del Brasileirao, el equipo más popular del gigante latinoamericano.

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Aunque su relación con los aficionados del «Mengão» ha sido tensa, en medio de reproches por flojas actuaciones en la Copa do Brasil y el Brasileirao, Renato tiene un salvoconducto en la final brasileña de la Libertadores, que disputará con Palmeiras el sábado en Montevideo.

De ganarla, el «Fla» sumará su tercera conquista tras las obtenidas en 1981 y 2019 y alcanzará a Gremio, Sao Paulo y Santos, los equipos brasileños más laureados del certamen.

Pero, sobre todo, agrandará el mito del único compatriota de Pelé en ganar el principal torneo de clubes como jugador y entrenador. Tanto de botines (1983) como en el banquillo (2017), el oriundo de Guaporé, estado de Rio Grande do Sul, lo levantó con Gremio, donde es leyenda viva.

Varios hitos

En el «tricolor gaúcho» se estrenó como atacante en los 80 y allí grabó su nombre en oro al marcar los dos goles de la victoria 2-1 contra Hamburgo en la final de la Copa Intercontinental-1983, la única ganada por el once de Porto Alegre.

Su talento de pantalones cortos hizo que Telé Santana lo llamara para la «Seleção» que participó en el Mundial de 1986. Pero el legendario entrenador ahogó los sueños mundialistas de Renato, porque el entonces extremo protagonizó una noche de fiesta en la concentración antes del viaje a México.

Sin embargo, cuatro años después, Sebastião Lazaroni lo llevó a la Copa del Mundo de Italia, donde Renato intentó revertir, sin éxito, la derrota ante la Argentina de Maradona en octavos de final.

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Aparte de la idolatría en Gremio, se ganó el afecto de la hinchada de Fluminense cuando anotó un histórico y decisivo «gol de barriga» -otorgado oficialmente al mediocampista Aílton- en la final del campeonato carioca de 1995 contra el ‘Fla’.

Ya en los banquillos, Renato labró su historial de títulos en Gremio, especialmente en su segundo pasaje (2016-21), con la Copa do Brasil-2016, la Libertadores-2017, la Recopa Sudamericana-2018 y varios campeonatos estatales.

Al mando del «Flu» rozó la gloria americana en 2008, pero Liga de Quito se quedó con la Libertadores.

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«No cualquier entrenador llega a tres finales de Libertadores con tres clubes diferentes. Es fruto del trabajo del técnico con sus grupos», afirmó tras sellar el boleto del «Fla» a la capital uruguaya.

Aquel triunfo 2-0 contra Barcelona (ECU) lo convirtió en el orientador con más victorias del torneo sudamericano (50). (Tomado de AFP).