Londres, Inglaterra

Chelsea se transformará en el club más caro de la historia cuando en las próximas semanas se concrete su venta por parte del magnate ruso Roman Abramovich, cuyo consorcio recibirá más de tres mil millones de euros, superando por lejos los 950 millones que pagó la familia Glazer por Manchester United.

La desesperación de Roman Abramovich por vender el club, debido a las presiones y sanciones del Gobierno británico y de la Unión Europea, apuntaba a que el precio del Chelsea se devaluaría y se vendería por debajo de su precio real, no obstante, a la oficinas de Stamford Bridge llegaron más de 20 ofertas.

Abramovich estimó un precio de venta en torno a las 3.000 millones de libras (3.300 millones de euros) y puede conseguirlo, aunque su interés no es tanto el monetario, ya que no recibirá un euro de la transacción, sino que el club quede en buenas manos.

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Si el oligarca ruso consigue su objetivo de precio, Chelsea romperá todos los récords. No solo superará al Manchester United como el club vendido más caro de la historia, sino que también se impondrá a las franquicias americanas, que tenían en los Brooklyn Nets el diamante de las operaciones.

El empresario taiwanés Joseph Tsai se hizo en agosto de 2019 con el 51 % de la franquicia por unos 2.500 millones de libras (3.000 millones de euros). Esa cifra quedará atrás cuando el Chelsea cambie de manos.

Entre los candidatos a quedarse con el club está la familia estadounidense Ricketts, dueña de Chicago Cubs, de la MLB norteamericana.

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También en Estados Unidos, se juntaron Todd Boehly, que posee parte de Los Angeles Dodgers en béisbol y Los Angeles Lakers y Los Angeles Sparks en baloncesto, el suizo Hasjorg Wyss y Jonathan Goldstein, un triunvirato de millonarios con vínculos en Estados Unidos, Suiza y Reino Unido del que se duda por sus capacidades deportivas.

La otra candidatura fuerte es la de Martin Broughton, millonario británico que ha sido brevemente presidente de Liverpool y de la aerolínea British Airways, y que se ha alineado con Sebastian Coe, presidente del Comité Olímpico Británico, con Josh Harris y David Blitzer, dueños de los Philadelphia 76ers de la NBA y los New Jersey Devils de la NHL, además del dueño de los Sacramento Kings, Vivek Ranadive.