Roma, Italia

Un cabezazo del inglés Chris Smalling a falta de 25 minutos para el final salvó a la AS Roma de un estreno en casa sin victoria ante Cremonese, recién ascendido a la Serie A, en un partido en el que los capitalinos evidenciaron su incapacidad de materializar el peligro generado.

El estreno de la «Loba» en casa ante su público fue más complicado de lo esperado ante un valiente rival, que con una presión individual en un bloque alto complicó en algunos tramos la salida de balón local.

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El problema para los visitantes fue el mismo que tuvo Salernitana en la primera jornada: frenar las contras «giallorossi».  Y es que Roma junta mucha calidad en la zona de tres cuartos con Zaniolo, Dybala y Pellegrini, que ayudados por Abraham y las subidas de Spinazzola por el carril izquierdo son capaces de hacer mucho daño con muy poco.

La desesperación estaba creciendo con el paso de los minutos en Estadio Olímpico, pero a falta de 25 minutos para el final apareció Smalling para liberar la tensión de la grada con un cabezazo en un saque de esquina. Un gol que, por el contrario, no tranquilizó a Mourinho, preocupado por el juego de los suyos, que continuó dando instrucciones durante la celebración.

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No fue capaz el Roma de domar al Cremonese, que se creció y lo intentó hasta el final sin éxito en unos últimos minutos más que agitados mientras Mourinho se desgañitaba desde el banquillo, ordenando a los suyos y viendo cómo su equipo no era capaz de sentenciar el encuentro.

Señaló el colegiado el final y respiró Roma. Smalling salvó a los suyos en el estreno en casa en un partido que se atragantó pero que terminó con un final feliz para los «tifosi» romanistas y con Mourinho levantando el puño, liberando -ahora sí- toda la tensión del choque, esa que se aguantó durante el tanto de Smalling.