Zinedine Zidane va a pasar a la historia por esas superlativas rotaciones que se ha inventado y que, junto al cambio de sistema, han puesto al Real Madrid a un punto del título de Liga a falta de un partido. El francés tuvo claro allá por el mes de marzo que la conquista del campeonato doméstico seis años después, pasaba por dar vida a una segunda línea y lograr que ganaran partidos, esos que aburren a los titulares.

Ante el Celta decidió tirar de ese plan A, el mismo que le ha llevado a la final de la Champions, pero que juega peor que los meritorios o por lo menos un fútbol muy distinto. Por momentos volvieron a demostrar que los partidos de Liga se les hacen largos, pesados, como si tuvieran 180 minutos. Errores absurdos como uno de Sergio Ramos en la primera mitad y otro de Isco en la segunda y que terminó en gol, vuelven a dejar patente que la concentración es la pata de la que cojean.

Zidane ha sabido adaptar el juego del equipo a la ausencia de Bale. Con el galés el Real Madrid está obligado a jugar con el mencionad o 4-3-3, un sistema que obliga al equipo blanco a vivir en inferioridad en el centro del campo. El francés lo supo ver y tras unos titubeos iniciales, se inclinó por dar vida y pulmones a la medular.

Isco ha sido la figura clave en este Real Madrid que está a un punto, El internacional español de repente aparecía en el equipo A, como lo hacía en el B, pero siempre haciendo las veces de cuarto centrocampista o de enganche, por detrás de los puntas, es decir, Benzema y Ronaldo. Y es que el portugués ya es un 9 más. En los últimos 10 partidos que ha jugado, ha logrado 13 goles y todos ellos haciendo de delantero centro puro y duro.

Ahora el Real Madrid está a dos partidos de hacer historia, esa que no repite desde el año 1958 y lo hará gracias a Zidane, el técnico del que se dudaba y en el que Florentino Pérez creyó cuando pocos lo hacían. El francés se ha inventado un nuevo modelo de gestión, con una máxima, la de no mentir. Y es que la sinceridad con la que ha tratado a todos sus jugadores es la clave para que hombres como Danilo y Keylor Navas, defenestrados hace dos o tres meses, estén siendo claves en los éxitos del equipo, los éxitos de Zidane.