La implementación de la tecnología en el fútbol ha hecho que los jugadores pierdan la pasión al momento de anotar un gol.

Portugal.

¿Quién es el verdadero protagonista en un partido de fútbol? ¿El árbitro o el futbolista? El fin de semana, todo el mundo fue testigo de un momento insólito en este deporte.  Ocurrió en la Copa Confederaciones durante el partido entre Chile y Camerún. La tecnología hizo lo suyo para erradicar las situaciones polémicas durante el juego.

Sin embargo, ¿qué tanto bien le hace el uso de la tecnología a este deporte que mueve pasiones? Sin duda uno de los pilares del fútbol es el juego limpio. Pero desde el ojo de un jugador apasionado con su equipo, esta tecnología no está bien usada.

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Lo que hace el Árbitro Asistente de Vídeo (VAR), es revisar las jugadas en la que los árbitros no se sientan seguros de cobrar. Como por ejemplo, las posiciones adelantadas, las faltas, entre otras jugadas polémicas que cuestionan un partido.

Lo cierto es que el día del partido, los jugadores no sintieron la energía y la pasión que trasmite un partido de fútbol. Eduardo Vargas, claramente es el ejemplo de ello. ¿Qué sintió al anotar un gol, lo anulen, anote otro y espere a ver si lo validan?

El chileno se mostró un poco consternado por la acción del árbitro al revisar las jugadas. Le anularon un gol que tuvo que pasar por la evaluación de los vídeos. Luego anotó otro, que no lo celebró por el hecho de esperar a que el árbitro certificara si el gol era válido o no.

El sistema VAR (Video de Asistencia al Árbitro), con el que a los árbitros se les informa desde una cabina con pantallas si un gol es válido o no, tras revisar repeticiones en video.

El fútbol no es justo, así como la vida, pero hay aspectos que se deben evaluar con mucha profundidad. La tecnología podría usarse en momentos puntuales, que sean de vital importancia, no en goles, pues ahí, el fútbol pierde el sentido.

Los futbolistas ya no serán los mismos, se dejarán llevar por este nuevo mecanismo, más no por la pasión que este transmite. Si esta implementación valdrá la pena, que sea así. Pero se deberían analizar puntos más importantes que terminarán con las jugadas que afectan, de verdad, un partido de fútbol.