Estamos acostumbrados a que los juegos olímpicos lleven la compañía de una antorcha que pasa por muchísimos países

Madrid, España

Ámsterdam, en los juegos olímpicos de 1928, cuando el arquitecto neerlandés Jan Wils incluyó en el dibujo del estadio olímpico una torre y tuvo la idea de encender en ella una llama durante los juegos.

En la ceremonia de apertura, el 28 de julio de 1928, un empleado de la empresa eléctrica de Ámsterdam encendió por primera vez la antorcha de los Juegos Olímpicos de la era moderna en la torre entonces llamada Marathontower, hoy conocida como el “cenicero de la KLM”.

Así cuatro años después, en los siguientes Juegos Olímpicos de Verano de 1932, volvió a encenderse una llama en Los Ángeles, como símbolo que perduraría durante décadas. Ya que durante la ceremonia de clausura se presentó una cita de Pierre de Coubertin que decía: “Que la Antorcha Olímpica siga su curso a través de los tiempos para el bien de la humanidad cada vez más ardiente, animosa y pura”

En los Juegos Olímpicos de Berlín, cuatro años más tarde, en 1936, se realizó por primera vez una marcha de atletas para transportar una antorcha con la llama, desde las ruinas del templo de Hera en Olimpia, hasta el Estadio Olímpico de Berlín.

La tradición siguió hasta la actualidad, pero cada vez de una forma más llamativa y adaptándose a la época en la que vivimos.

Una vez encendida, la llama sigue ardiendo durante toda la celebración de los Juegos Olímpicos, hasta el día de la ceremonia de clausura, cuando finalmente se apaga. Una vez que se extingue la llama, los Juegos son pasado y como tal forman parte de la historia.

No es raro que la llama olímpica se extinga accidental o deliberadamente. Por eso varias copias de la llama se transportan o se mantienen en reserva como alternativa de seguridad.

Tal vez el apagón accidental más memorable ocurrió durante los Juegos Olímpicos de 1976 en Montreal, Canadá. Después de que una tormenta apagara la llama olímpica, un funcionario resolutivo la volvió a encender con su propio encendedor de bolsillo.