Los técnicos piden paciencia a la hora de juzgar a los dos fichajes más caros de la historia del Barça, que siguen sin ser determinantes

Barcelona, España

Paciencia es el concepto de moda en el vestuario del Barcelona cada vez que alguien pregunta por el rendimiento de Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé, los dos fichajes más caros de la historia del Barcelona, que hasta el momento no son determinantes en el juego del equipo y parecen más apuestas de futuro que futbolistas que marquen la diferencia en su primera campaña como barcelonistas.

Ambos jugaron el último partido de Liga el domingo ante el Getafe, siendo esta la primera vez que Valverde los alineaba en un mismo partido, aunque siguen sin coincidir sobre el terreno de juego ya que Demebélé, que regresaba de una nueva lesión, ingresó en el terreno de juego por Alcácer en el mismo instante en el que Iniesta sustituía al brasileño.

El rendimiento de ambos futbolistas hasta el momento responde más a jugadores de futuro que de rendimiento inmediato, especialmente en el caso del extremo francés, quien por su edad (20 años) y la grave lesión que sufrió en el campo del Getafe a inicio de Liga ha visto dificultada su progresión.

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Ante el Getafe intentó sin éxito varias veces el desborde en jugadas de uno contra uno y se le vio falta de entendimiento con sus compañeros a la hora de interpretar el juego posicional.

Hasta el momento, Dembélé ha jugado cinco partidos de Liga uno de Champions y dos de Copa del Rey. Aún no se ha estrenado como goleador (únicamente ha rematado tres veces a portería desde que viste la camiseta blaugrana) y ha dado dos asistencias de gol. No parece que vaya a tirar la puerta de la titularidad y se espera que de aquí a final de temporada sea más un futbolista recurso para salir del banquillo para romper defensas saliendo en las segundas partes que un titular fijo.

El caso de Coutinho es más complejo. No es tan joven e inexperto como el francés (25 años y llega con experiencia en la Liga española, italiana e inglesa) pero cuenta con el handicap de haber llegado a media temporada, con lo que le cuesta adaptarse a los mecanismos de un equipo que ya hace meses que tiene muy definida su manera de jugar. Además, el hecho de no tener una posición definida no le ayuda a asentarse, ya que ha jugado de interior por ambas bandas y de tercer atacante también por los dos flancos.