Los «Reds» ganaron 1-2 y avanzaron a semifinales de Champions

Inglaterra

El Liverpool jugará las semifinales de la Liga de Campeones después de eliminar al Manchester City, uno de los favoritos al título, tras ganar en el Etihad 1-2 gracias a una sensacional remontada culminada en botas de Salah y Firmino.

Una década llevaba el Liverpool sin jugar las semis de la Champions desde que lo hiciera con Rafa Benítez en el banquillo. Otra época y otras costumbres para una entidad cuya historia ha vuelto a reverdecer este día. Así lo demostró ante un City cuya superioridad en el campeonato doméstico no le ha valido en Europa.

Y eso que los de Pep Guardiola tuvieron el comienzo soñado. A los dos minutos abrieron la cuenta en una brillante acción de Sterling que acabó en botas de Gabriel Jesus. El brasileño no perdonó después de que Van Dijk regalase el balón en la salida. El escenario era perfecto para los de casa.

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El City continuó con este ritmo infernal durante toda la primera mitad. Los «sky blues» demostraron un buen nivel y pusieron su valentía como escudo. Sterling estuvo muy cerca del segundo y Bernardo Silva, que dio una exhibición, la estrelló en el palo con un disparo en el corazón del área.

Antes de la acción llegó la jugada más protestada del partido, que le costó la expulsión a Guardiola. Sané marcó el segundo en posición legal y el árbitro del encuentro, el español Mateu Lahoz, señaló fuera de juego de manera incomprensible. Ni hubo falta, ni fuera de juego y el Liverpool cogió aire justo antes del descanso.

Llegó entonces la expulsión de Guardiola, que mandó callar al colegiado y no terminó el partido. Pep tuvo que seguir el choque desde el palco y fue desde ahí donde vio el adiós de su equipo.

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Salah, la estrella del club de Anfield esta temporada, picó por encima de Ederson e impidió que su rival tuviese más fuerzas. Este gol desactivó a un City que siguió teniendo la posesión, pero no pudo -siquiera- llevarse la victoria. Firmino se encargó de dejar sin historia al partido con el 1-2 tras un error en la zaga local.

El City buscó la portería rival, pero no hubo forma de estremecer la red. Fue como pagaron caro sus errores en el partido de ida. El Liverpool, por su parte, sigue con paso firme y decidido, dispuesto a ganar la copa tras haber eliminado a uno de los favoritos.