La verdad detrás de la decisión del «Fantasmita»

España

Andrés Iniesta se va del Barcelona al final de la campaña 2017-2018. El Capitán pondrá así fin a su etapa de dieciséis temporadas en el primer equipo. Muy a su pesar firmó la semana pasada un contrato en la Superliga China.

Su salida del equipo de su amores no es la que quería y está enmarcada entre engaños y traiciones. La directiva no ha hecho nada para que se quede, trajeron a Philippe Coutinho para reemplazarlo, además, la relación con Lionel Messi y Luis Suárez, se desgastó y los sudamericanos quieren al brasileño en la cancha, quien es el nuevo integrante del clan Messi.

El jugador, que dudaba de su continuidad por el nuevo rol y la confianza que le había dado Ernesto Valverde después de que para Luis Enrique fuera uno más entrando en las rotaciones y empezando muchos partidos en el banquillo, tiene claro que debe marcharse. Iniesta se va, en gran parte, porque la herida con Josep María Bartomeu no está cerrada.

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Las diferencias con el presidente, por cómo trató el tema de su renovación y la poca delicadeza, para respetar la decisión sobre su futuro han sido el detonante.

Aunque hay más factores que influyen en su decisión. El último se produce en Roma con la eliminación en la Champions y su sustitución. Salió en el minuto 80, entró André Gomes y un minuto después llegó el gol de Manolas.

De acuerdo a El Confidencial, a Iniesta no le gustó el partido, como tampoco le gustó su sustitución. En el descanso una televisión captó una conversación suya con Sergi Roberto en la que le anunciaba que si seguían por esa línea terminarían eliminados. «Ellos tenían muy claro dónde tenían que atacarnos. Si no se puede jugar hay que buscar otras soluciones y no lo hemos hecho. En la segunda parte le dimos un poco más de sentido al juego teniendo el balón. No es cuestión de pedir perdón porque la imagen siempre es la máxima por la predisposición que tenemos. Pero nos quedamos fuera con el dolor para todos», explicaba el mediocampista tras el partido.

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Iniesta ya no quiere ser un problema en lo institucional porque el presidente quiere un cambio generacional. Para ello fichó a Coutinho y el brasileño Arthur. Ni tampoco en lo deportivo para un entrenador que, si bien le ha devuelto la titularidad, entiende que no puede jugar los noventa minutos.

El manchego puso fecha, el 30 de abril, para comunicar al club la decisión sobre su futuro. Los acontecimientos se pueden precipitar después de la eliminación en la Champions, aunque el jugador es partidario de respetar los plazos que él mismo marca.

El origen de las diferencias que tiene con el presidente se remontan al mes de septiembre del año pasado cuando se sorprendió por unas declaraciones de Bartomeu en el «Mundo Deportivo» donde decía que existía un principio de acuerdo para la renovación.

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El jugador se molestó y respondió con un «no» rotundo. No había acuerdo ni principio ni nada de nada. Según Andrés, el presidente había mentido. No le gustó la trama de Bartomeu, criticado tras la mala gestión de la salida de Neymar. Asimismo por el frustrado fichaje de Marco Verratti y la renovación de Messi que desestabilizaba al equipo.

Iniesta se sintió utilizado por el presidente como una cortina de humo para generar ilusión en una época de incertidumbre e improvisación del club. Si algo no le gusta o rechaza es que le falten al respeto o no se sienta valorado.

Iniesta no quiere ser un problema para el Barcelona y entiende que lo mejor es marcharse. Cerrará una larguísima etapa un futbolista que llegó con 12 años y ha estado 16 temporadas en el primer equipo. Ha ganado todo. Un total de treinta títulos: ocho Ligas, cuatro Champions, tres Mundial de clubes, cinco Copas del Rey… El 11 de mayo cumplirá 34 años y su nuevo destino será el fútbol chino.