La franquicia de New England se convierte en la más condecorada de la historia de la NFL, junto a los Pittsburgh Steelers 

Estados Unidos

Se cumplieron los pronósticos y los New England Patriots de Tom Brady sganaron este domingo el Super Bowl LIII al derrotar 13-3 a Los Ángeles Rams, en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta.

Es el sexta Super Bowl que consigue el equipo, todas bajo la batuta de Tom Brady, indestructible como «quarterback» a sus 41 años, y Bill Belichick, su entrenador.

Los Patriots se impusieron en un partido dominado por la defensa, con lapuntuación más baja de la historia para un Super Bowl. En la conclusión del tercer cuarto, el partido iba empatado a tres puntos.

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Las defensas de ambos equipos se anularon mutuamente. Los Rams, un equipo acostumbrado a puntuaciones muy altas, con muchas variantes en su ataque, no encontraba la manera de avanzar ante la potente línea defensiva de los Patriots.

Su entrenador, Sean McVay, con 33 años recién cumplidos -un adolescente para la edad habitual de los técnicos de este deporte-, ha adoptado un estilo de juego a tumba abierta apoyado en un «quarterback» joven y talentoso, Jared Goff, de 24 años. El mariscal de campo, sin embargo, no encontraba variantes, desarbolado ante la presión de los defensas de los Patriots. Las ocho primeras posesiones de los Rams acabaron en un «punt», una patada defensiva.

Enfrente, los Patriots tampoco eran capaces de minar la defensa de los Rams, comandada por Aaron Donalds, el mejor jugador defensivo de la liga los dos últimos años. Las carreras de Sony Michel, una de sus principales amenazas, se estrellaban contra el muro humano de los Rams. Solo Julian Edelman, moviéndose con maestría como recibidor en terreno de nadie, era capaz de mantener a flote.

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Brady le encontró una y otra vez para poder avanzar yardas y, finalmente, conseguir un golpe de castigo que mandó el partido al descanso con un 3-0. Los pateadores fueron los jugadores más destacados de la primera mitad.

Los momentos decisivos llegaron a partir del tercer cuarto. Los Patriots llevaban la iniciativa, pero no eran capaces de conseguir nuevas anotaciones.

Apareció Brady , el legendario mariscal de campo con cara de niño, nada más comenzar el último periodo. El «quarterback», que saca lo mejor de sí mismo en los momentos de máxima tensión, encadenó tres pases consecutivos que colocaron a los Patriots al borde de la anotación. El último fue un globo delicioso al enorme Rob Gronkowski, que agarró la pelota a una yarda de la línea de «touchdown». Sony Michel no perdonó y entró a la carrera para poner 10-3 a los Patriots.

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La reacción de los Rams nunca se materializó y una patada de castigo de los Patriots cerró el partido para un resultado de 13-3.