Eder Sarabia tiene problemas en el vestuario del Barca luego de todo lo que dijo durante el clásico ante Real Madrid

Barcelona, España

Barcelona cayó por 2-0 ante Real Madrid y Eder Sarabia, ayudante de Quique Setién no pudo controlar su enojo por la derrota y despotricó hacia los jugadores que se encontraban en la campo de juego, así lo captaron los diferentes medios españoles.

Mientras trascurría el partido se pudo ver en varios ocasiones el banco del Barca donde se apreciaba al entrenador muy calmado y analizando el juego, pero otra era la historia para su asistente técnico que vivió con mucho intensidad el choque contra los madridistas.

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Las cámaras de diferentes medios españoles captaron el momento exacto cuando Sarabia explota luego de que Antoine Griezmann se falla la primera llegada clara para los azulgranas: «Gol, métela Antoine (Griezmann), me cago en mi p** m**», vociferaba eufórico en la zona técnica.

Los minutos trascurrían y el Barca llegaba pero no podía encajar en el arco de Courtois, fue allí cuando las cámaras volvieron a enfocar al banquillo culé donde Sarabia no entendía lo que pasaba con sus jugadores: «¡No hacen nada de lo que hay que hacer..!» para luego gritar de forma muy airada: «¡De repente empieza a jugar y a tirar, cuando tiene que jugar la pelota! ¡Coño!».

Pero nada estas «indicaciones» sirvieron para cambiar lo que sería el resultado final del encuentro, donde los culés cayeron por 2-0 con goles de Vinicius Jr. y Mariano Diaz, en un partido donde el Barca sintió mucho más las ausencias del equipo.

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En el Barça saben que esto puede traerle problemas. El capítulo del día del Clásico no gustó, pero es que ya se trata de un asunto al que intentaron meterle mano prácticamente desde que llegó, cuando algunos jugadores se mostraron extrañados por sus formas, diametralmente diferentes a la de cuerpos técnicos anteriores -y con mucha más ascendencia sobre los jugadores-.

Ahora, tras los últimos acontecimientos, está por ver cómo gestiona el vestuario -y el propio Setién- este asunto. En sus manos está que esto no vaya a más y, por lo tanto, pase factura a la pelea por los objetivos.