El líder de la Revolución cubana falleció en 2016. Se conocieron con Diego en 1987 y tuvieron un vínculo de respeto y admiración mutuos

Argentina

Calificó al líder cubano Fidel Castro como su “segundo padre”, y en su vida llena de metáforas, la última fue que Diego Maradona falleció el mismo día que el líder cubano.

Fue amigo del venezolano Hugo Chávez y jugó al fútbol con el exmandatario boliviano Evo Morales: la rebeldía juvenil de Diego Maradona se convirtió con el tiempo en fascinación por la izquierda latinoamericana en el poder.

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“Siempre tuvimos muy buena relación, muy buena amistad. Desde el primer día que viniste aquí con tu niña” en 1987, le recordó Castro a Maradona en una entrevista en 2005 que el mismo ídolo del fútbol le hizo para su programa televisivo “La Noche del 10”.

Castro le regaló su chaqueta verde oliva y recordó que en ese primer encuentro, 18 años antes, le había obsequiado su gorra militar autografiada. Maradona mostró el tatuaje en su pierna izquierda: una imagen de Fidel. “Caramba, es un honor”, dijo el sorprendido interlocutor.

La entrevista ocurrió un año después de que Maradona terminara en Cuba un tratamiento de recuperación de sus adicciones iniciado en 2000, con muchas idas y venidas. “Fidel me abrió las puertas cuando en mi país muchas clínicas me las cerraban”, agradeció el ’10’.

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Se habían conocido el 28 de julio de 1987, al año siguiente de la consagración mundialista de Diego en México-1986, al ser premiado como “mejor deportista del año”, elegido en una encuesta de la agencia cubana Prensa Latina.

El ’10’ no era un hombre de izquierda y debieron mediar dos periodistas argentinos, Carlos Bonelli y Pablo Gionto, para convencerlo de ir al país caribeño a recibir el premio. Habría otras visitas y una década más tarde, Diego se tatuaba al Che Guevara en el brazo, al cumplirse 30 años de la muerte del guerrillero argentino-cubano.

Al morir Castro en 2016, Maradona asistió a los funerales. «Murió el más grande, Fidel Castro nos dejó. Me agarró un llanto terrible porque fue como un segundo padre. Yo viví cuatro años en Cuba y Fidel me llamaba a las dos de la mañana para hablar de política o de deporte”, declaró Maradona en aquel momento.