El maestro dirigió a los cuatro equipos grandes y llevó a Honduras a su primer mundial

Tegucigalpa, Honduras

Hablar de José de la Paz Herrera, mejor conocido como Chelato Uclés, es hablar del fútbol hondureño. La noche de este miércoles falleció pero su legado continuará.

Chelato nació en el municipio de Soledad, El Paraíso, el 21 de noviembre de 1940, «en medio de una extrema pobreza», tal y como él lo dijo en reiteradas entrevistas.

Desde niño se trasladó a Tegucigalpa y allí se produjo su amor a primera vista con el fútbol. En aquel tiempo, el béisbol contaba con mayor popularidad, pero él se decantó por el fútbol porque era más barato y fácil de practicar.

Viajó a Argentina para capacitarse como director técnico y obtuvo el título de entrenador emitido por la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en 1969.

A pesar de que se le identificaba con Olimpia, paradójicamente el primer equipo hondureño que entrenó fue Motagua. Con las águilas logró el subcampeonato en 1969, donde llegó para sustituir a Rodolfo «Popo» Godoy.

Después, en 1970 pasó a dirigir a Olimpia, pero no logró títulos en su primera etapa porque el recordado y famoso gol de Pedro Colón se lo impidió. Fue hasta que llegó al España, que levantó su primera copa en el 74, que inició con el tricampeonato aurinegro.

Tuvo un paso breve por Marathón donde tampoco conquistó nada y luego recaló en el Broncos de Choluteca para hacerlo protagonista al clasificarlo a la pentagonal, llevando del Real España al argentino Luis Oswaldo Altamirado quienhizo historia al convertirse en máximo goleador de la Liga Nacional durante cuatro temporadas. Y en el año 1980 inicia la etapa más dorada de su carrera.

Como seleccionador nacional llevó a Honduras al primer Mundial, en España 1982. La participación será siempre recordada por haber empatado con el anfitrión en el estadio Luis Casanova de Valencia, gol catracho marcado por Héctor «Pecho de Águila» Zelaya.

En 1992 le regaló al Olimpia el título de campeonísimo. En 1997 solo dirigió la final que le ganó al Platense. Y en el torneo Clausura 2001-2002 hizo campeón al Marathón, que no ganaba el campeonato desde 1985. Su última copa nacional fue con Olimpia en el torneo Clausura 2004.

Ya en su retiro del fútbol se convirtió en diputado por el Partido Liberal y de vez en cuando regalaba su filosofía a través de los medios de comunicación.

Su legado se refleja en los jugadores que entrenó, quienes pasaron a ser entrenadores de otras generaciones doradas, como Ramón «Primitivo» Maradiaga, fernando «Azulejo» Bulnes y Gilberto Yearwood, César Efraín Gutiérrez, Carlos Orlando Caballero, entre otros.

Chelato significa para Honduras lo que Luis Aragonés a España, o César Luis Menotti a Argentina. Representa los valores del fútbol de antaño, la figura paternal de las siguientes leyendas. Por eso y mucho más, Chelato es el padre del fútbol hondureño.