Londres, Inglaterra

El gobierno británico calificó de «totalmente fuera de lugar» el hecho de que los aficionados del Chelsea coreen a menudo el nombre del propietario ruso del club, Roman Abramovich, objeto de sanciones económicas a causa de su presunta cercanía con Vladimir Putin.

A comienzos de marzo los aficionados del Chelsea, en partido fuera de casa ante el Burnley, corearon el nombre del oligarca durante el minuto de aplausos organizado por la Premier League en la fecha 28ª en apoyo de Ucrania, invadida por Rusia.

El técnico Thomas Tuchel se desmarcó de esa actuación de los aficionados nada más terminar el partido.

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«No era el momento de hacer eso», criticó el técnico alemán, «si queremos mostrar nuestra solidaridad, mostramos nuestra solidaridad y lo hacemos todos juntos».

Los aficionados repitieron esa conducta en los dos partidos que el Chelsea jugó desde entonces, ante Norwich y Newcastle.

«Somos plenamente conscientes de la fuerza de los sentimientos que rodean un club popular, pero eso no sirve de excusa para una actitud que es completamente inapropiada en el momento actual», indicó un portavoz del Primer Ministro Boris Johnson.

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«Creo que la gente puede manifestar su pasión y su apoyo sin recurrir a ese tipo de cosas», añadió.

Abramovich, que adquirió el club en 2003 para convertirlo en uno de los grandes en Inglaterra, con 19 títulos ganados bajo su mando después de cientos de millones de libras inyectados en las cuentas de los Blues, goza de gran popularidad entre los aficionados.

Las sanciones contra él, con una congelación de sus activos que también afectó al club, complicando el proceso de venta que había iniciado el ruso, no han roto ese vínculo.