París, Francia

Jude Bellingham tras ganar el pasado lunes el premio Kopa como mejor jugador menor de 21 años en la gala del Balón de Oro celebrada en París, le concedió una entrevista al diario francés L’Équipe.

El jugador inglés se muestra feliz con el momento que está pasando con el Real Madrid y confía hacer historia en el club blanco, aunque lo más sorprendente es al inicio odiaba al fútbol, algo increíble de pensar.

«Al principio no me gustaba para nada el fútbol. La verdad es que una locura decir hoy que si alguien me quitara esto me volvería loco», comenzó diciendo.

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Y agregó: «Cuando era un niño iba a los entrenamientos y me dedicada a coger la hierba, las flores, hacía collares con las margaritas para dárselos a mi madre que estaba fuera del campo viéndome».

Bellingham añade que «era así, la verdad, y lo mejor de toda esta historia es que probablemente es la razón por la que al final terminé por involucrarme en el fútbol».

«Mi padre me llevaba a los entrenamientos y me decía si quieres jugar a las escondidas, juega o vete a coger flores. Mis padres nunca me obligaron a nada en ese sentido mientras me portara bien y ayudara a los demás. Imagino que el mundo para mí era el terreno de juego y todavía hoy me lo recuerdan».

Sin embargo, el espíritu competitivo lo llevó a involucrarse en el fútbol. «Mi amor por el fútbol viene por la competición, para ser honesto. Siempre he sido muy competitivo, incluso cuando jugaba a las escondidas. Quería siempre coger las mejores flores o ser el más rápido en el escondite. Y cuando iba creciendo tenía algunos problemas porque cuando perdía me enfadaba muchísimo. Me negaba a darle la mano al contrario. Aprendí a costa de eso a que debes ser respetuoso, pero es sobre todo la competición lo que me ha hecho amar este deporte», contó.

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El jugador madridista no distingue entre darlo todo en un entrenamiento como en un partido, una de las claves de su rendimiento. «Siempre he visto el fútbol como algo que hay que afrontar día a día. Hay gente que se fija objetivos muy concretos pero yo siempre pensaba que cada día había que dar lo mejor de uno mismo ya sea en el entrenamiento o en el partido y ver hasta donde me llevaba. Si en aquella época alguien me habría dicho que pasaría tres años en Alemania, luego venir a España sin haber jugado antes en la Premier me habría chocado, la verdad. Me ha gustado siempre emplearme a fondo y tomas decisiones sin hacerse demasiadas preguntas».

Su fichaje por el Dortmund. «Recuerdo que cuando fiché por el Dortmund podía haberme decantado por otros clubes pero en el momento que firmé lo hablé con mi familia y dije que una vez que he firmado es mi decisión y que estaba tomada y que no había que hablar ya de otros clubes. Nos hemos dedicado a fondo a este club. A veces es complicado adaptarte a una nueva cultura porque eso significa que hay que ir a los bares y que la gente te reconozca y eso no es fácil. Pero he intentado de implicarme lo máximo posible y eso ha facilitado las cosas. Parezco un poco un disco rayado cuando digo esto pero mis compañeros me ayudaron muchísimo y me ayudaron a adaptarme».

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El inglés no se siente cómodo que repitan lo bien que juega con apenas 20 años de edad, pero comprende que es parte del fútbol. «Quiero que la gente se dé cuenta de lo que estoy haciendo ahora mismo. Si juegas bien ahora que eres joven la gente solo piensa en lo que te vas a convertir en el futuro. Ahora estoy a un buen nivel pero no tengo ganas de que hablen todo el rato de mi edad aunque imagino que es parte del juego, sobre todo ahora con tantos talentos jóvenes alrededor. La gente mira al futuro cuando ya son grandes jugadores que tienen ya una gran influencia en el máximo nivel. Es algo un poco frustrante pero en el campo me siento liberado. Es más fuera del campo donde piensas más en eso».

Para Bellingham es una obsesión ganar muchos títulos con el Real Madrid, pero sobre todo uno, la Champions League. En cinco años con el Madrid espero haber ganado cinco Champions, una Eurocopa y ojalá una Copa del Mundo. No es eso, es verdad que soy alguien que quiere ser lo más optimista posible y no pienso en un partido que puedo perder. Hay que afrontar cada competición para ganarla porque sino, ¿cuál es el interés? Es muy complicado dar un número exacto de títulos, cuántos de aquí y de allá, prefiero centrarme en jugar bien y si en cinco años mi familia está sana y feliz es lo más importante para mí. Tengo que seguir jugando como lo estoy haciendo hasta ahora porque estoy convencido de que puedo hacer cosas muy grandes».