Rio de Janeiro, Brasil

El encuentro entre Brasil y Argentina, válido por las eliminatorias del Mundial 2026 comenzó con casi media hora de retraso por una pelea generalizada registrada en la tribuna del Estadio Maracaná de Río de Janeiro antes del comienzo del Clásico sudamericano.

La Selección de Argentina, encabezada por Lionel Messi, se retiró a los vestuarios y regresó al campo después de ausentarse 17 minutos tras desatarse la pelea y ser reprimida por la policía.

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Los incidentes comenzaron cuando los altavoces del estadio de Río de Janeiro reproducían el himno argentino y se desató una pelea entre algunos aficionados brasileños y visitantes que se extendió por varios minutos.

Como la policía fue incapaz de contener los ánimos, los jugadores argentinos, que ya se posicionaban para el inicio del partido, se dirigieron en grupo hasta la tribuna sur del Maracaná para pedir calma a los aficionados.

Miembros de la delegación argentina también intervinieron, luego de que algunos aficionados aparecieran sangrando al parecer por la represión policial.

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Como la policía ocupó parte de las sillas destinadas a los argentinos y no permitió el regreso de los que estaban sentados en ellas, los futbolista de La Albiceleste se dirigieron a los vestuarios y dijeron que esperarían unos minutos a que la situación fuese controlada.

El último clásico por las eliminatorias mundialistas entre Argentina y Brasil, disputado en 2021 en Sao Paulo, fue interrumpido tras cinco minutos de iniciado por agentes sanitarios que acusaron a cuatro jugadores argentinos de haber violado las normas de prevención de la Covid-19 por no haber guardado una cuarentena.

Ante la vergonzosa situación, y con las dos selecciones clasificadas al Mundial de Qatar 2022, el partido que estaba aplazado jamás fue completado.