Ricardo Marques, juez principal del partido entre Sao Paulo y Gremio, despertó sospechas tras celebrar de forma efusiva

Brasil.

Al finalizar un partido de fútbol y tras el sonido del silbato, los árbitros no acostumbran a ser muy expresivos. Pueden recibir reclamos o felicitaciones de los jugadores, pero en su mayoría permanecen serios. Por ello, la actitud del colegiado brasileño Ricardo Marques Ribeiro llamó mucho la atención y generó polémica.

El juez internacional FIFA, celebró de forma muy eufórica al decretar el cierre del duelo entre San Pablo y Gremio, de la jornada 16 de la Serie A. Su reacción, que no se acercó en lo más mínimo a la típica imparcialidad que exige su profesión, despertó sospechas de amaño.

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Era un partido importante para el desarrollo del campeonato. El Gremio es el escolta del líder Corinthians, mientras San Pablo está sumergido en la zona de descenso, por lo que necesitaba sumar puntos para salvarse. En el Morumbí, el elenco visitante comenzó en ventaja pero el conjunto paulista consiguió el 1-1 definitivo en el minuto 64.

«Solo intentaba exteriorizar mi satisfacción por el deber cumplido. Sé que no es el procedimiento habitual, que lo normal es pasar desapercibido. No pensé que tendría esa repercusión», se excusó ante la prensa.

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Además, el colegiado de 38 años, quien lleva 19 años como árbitro profesional y desde hace nueve años dirige a nivel internacional, explicó qué factores del partido motivaron su festejo: «Realizamos un buen trabajo, el juego exigió mucho de nuestro equipo. Era un clásico con equipos en situaciones distintas en la tabla, sabíamos de las dificultades, pero pusimos en práctica lo que planificamos. El resultado fue positivo».

Tras ver la polémica que su gesto había provocado se defendió. «Algunos compañeros me han felicitado por la actitud y por mi forma de vibrar con el deporte. Al fin y al cabo, los árbitros somos seres humanos movidos por pasiones, debilidades, limitaciones… y en algunas ocasiones, nos gusta expresar nuestras emociones», confesó.