El galés exhibe sus problemas con el vestuario blanco, donde luce cada día más incómodo

Madrid, España

Gareth Bale no atraviesa su mejor momento en el Real Madrid. El galés lleva varios meses incómodo en el equipo y, por estos días, vive sus momentos más complicados en Madrid.

De acuerdo a lo que reveló la Cadena SER, el delantero está enfrentado con una gran parte del vestuario del club, con quien mantiene una relación cada vez más distante.

Vea además: Neymar llora al hablar sobre su amistad con Leo Messi (VÍDEO)

El último episodio que evidenció esta situación ocurrió el domingo, en el triunfo 1-2 del Madrid sobre Levante. Bale anotó el gol del triunfo a los 78 minutos, sin embargo casi no lo celebró y, cuando Lucas Vásquez se acercó a abrazarlo, el jugaor le negó el saludo y le sacó la mano de su hombro con un elocuente gesto.

Cadena SER explica que el futbolista se ha distanciado de sus compañeros a raíz del poco protagonismo que tiene y, en especial, con Marcelo y el portero Thibaut Courtois, quienes dejaron entrever en entrevistas la fría relación del futbolista con el plantel.

En la actual temporada, Bale se ha enfrentado con todos, en especial con los hinchas, que siempre le han cuestionado su juego, pues estiman que nunca ha estado a la altura de los 100 millones de euros que pagó el club por él a inicios de la temporada 2013-2014.

A comienzos de año, el extremo se enfrentó al repudio de los fanáticos después de irse anticipadamente del estadio en el duelo ante la Real Sociedad, la primera semana de enero, tras ser reemplazado en el minuto 78. Luego, en febrero, celebró con un «corte de manga» su gol ante el Atlético Madrid, quedando hasta ahora la duda si su gesto era para los colchoneros o para alguien dentro del propio equipo merengue.

Le interesa también: Vinícius calienta el clásico ante Barcelona: «Messi no asusta a nadie»

El diario español AS, en tanto, informa que la distancia es con todos dentro del vestuario y que, en general, la situación ha sido igual desde sus primeros días en el club. Una distancia de la que no se salva Santiago Solari, que lo tiene relegado a un rol secundario dentro del equipo.

«Lo que tiene que hacer es comerse la cancha cada vez que juegue», dijo el  argentino cuando asumió en el club, dejándole una tarea que aún no cumple. «Me da lo mismo cómo celebre los goles. Lo que importa es que los haga», afirmó el entrenador después del último partido, intentando bajar la tensión respecto del galés, que podría estar viviendo sus últimos meses como jugador del Madrid. (Tomado de La Tercera).